Por: Diego Romero
“No haga parte de la farsa teatral que gobierna a este país”
Es casi natural
escuchar algunos colombianos quejarse del gobierno, hablar mal de la manera en
que se está administrando al país, de cómo se roban la plata y van desangrando
el erario; también escuchar a otros defendiendo al gobierno o resignándose,
argumentando que es que poner de acuerdo a tanta gente es muy difícil y que
esto ya no tiene arreglo.
Pues a los primeros, como a los segundos, es importante
recordarles que quienes están en el poder, lo están ejerciendo porque en algún
momento miles de ciudadanos votaron por ellos, los recordaron en las urnas y
fueron las personas que en su conciencia creyeron podrían ser las más idóneas para
llevar las riendas de esto; la pregunta es, ¿por qué si lo están haciendo tan
mal, se repiten las votaciones y ocupan nuevos cargos? ¿Por qué los colombianos
votan por los mismos?
Hay múltiple cantidad de respuestas, una de ellas podría
ser: porque los candidatos ofrecen diferentes beneficios a cambio del voto,
otra porque simplemente los electores no tienen una opción diferente y otros porque
se dejan persuadir por su propaganda; entonces, surgen otras preguntas ¿tienen
los colombianos el poder de votar? ¿Tienen la capacidad de elegir sus
candidatos? ¿Son críticos de sus gobernantes y lo tienen en cuenta a la hora de
votar?
Entonces, las respuestas son otras, y el panorama cambia,
Colombia es un país que no tiene una educación electoral, la tradición del
colombiano ejemplo es siempre la de que quien vota es el adulto mayor, y las
mentes frescas, los académicos, los estudiantes y los más ilustrados tienden a
mostrarse renuentes en la asistencia a las urnas; unos se abstienen para no
hacer parte de lo que llaman “el jueguito” electoral, otros porque los asuntos
de la política les son indiferentes, otros porque esa es su manera de protestar,
pero no faltan los que tienen pereza de levantarse ese día para asistir al acto
electoral.
En resumidas cuentas, los pocos que se movilizan lo hacen de
una manera inconsciente, hablando de una gran mayoría y los que pudieran tener
algo de conciencia, buscan sus propios argumentos para no asistir, de ese modo,
quienes están en el poder le mantienen los oídos calientes a su clientela y se
lanzan y se lanzan y se lanzan; los críticos, critican, critican y critican,
pero no hacen nada; y ¿Colombia? Colombia sigue por las mismas, años gobernados
por las roscas y las malas elecciones, se deja la sensación de la mala memoria,
se deja la sensación de que los pobres no saben votar, se deja la sensación de
que esto es un “cagadero” y no es para más, se critica, pero no se moviliza,
pero no se aporta.
La invitación es a que usted mismo, si vota, reflexione y
cada vez que vaya a pensar en el gobernante de su elección, se tome 10 minutos,
nada más, lea el programa de los candidatos, estudie sus perfiles, su partido y
de manera concienzuda haga la mejor elección; si no vota, vaya inscriba la
cédula, vote, no sea bobo, no se deje meter los dedos a la boca, no deje que le
impongan a su gobernante, ejerza la democracia y no haga parte de esta farsa
teatral que mueve el rumbo de este país.