domingo, 6 de octubre de 2013

Legalizan la Marihuana o Prohíben el Licor



Por: Diego Romero

 “El exceso de alcohol y cigarrillo son perjudiciales para la salud, el de marihuana no”

La legalización de la marihuana, el aborto o el matrimonio entre parejas del mismo sexo, se han convertido más que en temas controversiales, asuntos que permiten que uno u otro actor, se pronuncie para levantar un polvero y volverlo una cortina de humo para tapar otros temas de gran importancia, o que desea ocultar al ciudadano del común; sin embargo, ya es recurrente escuchar al vecino o vecina en la panadería hacer su corto comentario al respecto, en ocasiones a favor, los que se dice tienen una mente más abierta, en ocasiones en contra, los que se rehúsan al cambio.

Pero esto tiene que trascender, lo colombianos y colombianas debemos entender que asuntos como estos, van en pro del desarrollo social de un país, camino a la inclusión, pues es evidente que la aprobación de estos temas, acompañados de una muy buena política social educativa, hará de Colombia un país más libre y evitará a toda costa la violación de esos derechos individuales. Tengo como muchos movimientos sociales que se han gestado por cada uno, una justificación bien planteada que expondré si me la solicitan, pero quiero centrarme en el tema de la legalización de la marihuana.

Yo sé muy bien que existen, ladrones, sicarios, corruptos, mentirosos, mal intencionados, bandidos, politiqueros, dolosos, vagos, pandilleros, subversivos, terroristas, etc. que fuman marihuana; pero también sé que existen, altos ejecutivos, científicos brillantes, pensadores, personas de refinada clase, educados, respetuosos, intelectuales, buenos ciudadanos, buenas personas, caseros, buenos padres, buenos hijos, estudiosos, etc. que de igual manera la consumen. De ese modo propongo esta pregunta ¿es la marihuana la que determina el destino de su consumidor?

Entonces, uno escucha por la calle frases como “es que por ahí se empieza” ó “suba el vidrio que ese es un marihuanero”  ¿no será que se está satanizando la marihuana? porque es como muy normal ver que alguien se tome una copa de aguardiente y que nadie se oponga. Porque también sé que hay, ladrones, sicarios, corruptos, mentirosos, mal intencionados, bandidos, politiqueros, dolosos, vagos, pandilleros, subversivos, terroristas, etc. que consumen cualquier tipo de licor y no hay quien se oponga, de hecho no está prohibido.

Esto es un problema de aceptación, porque nuestra cultura ha sentido que fumar marihuana es de malos, y que consumir licor y fumar cigarrillo es de buenos; porque si usted se fuma dos “porros” no puede manejar, es un peligro, pero ¿si se toma media de aguardiente será que no? Que les quede claro señores y señoras, pedir que se legalice la marihuana, muy buena para la salud por cierto (ver link), no es pedir que sea obligatorio el consumo para todo el mundo y tampoco es pedir que no sea regulada, por supuesto que sí; pedir la legalización, es pedir que permitan al colombiano promedio saciar la necesidad que tiene el ser humano de sentir un momento de tranquilidad, de aliviar sus enfermedades, si es el caso, de ser libres.  


 La propuesta que nos planteamos en conversación de amigos, es la siguiente: o se aprueba la legalización de la marihuana con una política educativa bien pensada, o se prohíbe el consumo del cigarrillo y el licor en Colombia, que es lo mismo, con el agravante que el exceso de alcohol y cigarrillo son perjudiciales para la salud, el de marihuana no.

martes, 10 de septiembre de 2013

Usted Critica, Pero No Vota



Por: Diego Romero
“No haga parte de la farsa teatral que gobierna a este país”

Es casi  natural escuchar algunos colombianos quejarse del gobierno, hablar mal de la manera en que se está administrando al país, de cómo se roban la plata y van desangrando el erario; también escuchar a otros defendiendo al gobierno o resignándose, argumentando que es que poner de acuerdo a tanta gente es muy difícil y que esto ya no tiene arreglo.

Pues a los primeros, como a los segundos, es importante recordarles que quienes están en el poder, lo están ejerciendo porque en algún momento miles de ciudadanos votaron por ellos, los recordaron en las urnas y fueron las personas que en su conciencia creyeron podrían ser las más idóneas para llevar las riendas de esto; la pregunta es, ¿por qué si lo están haciendo tan mal, se repiten las votaciones y ocupan nuevos cargos? ¿Por qué los colombianos votan por los mismos?

Hay múltiple cantidad de respuestas, una de ellas podría ser: porque los candidatos ofrecen diferentes beneficios a cambio del voto, otra porque simplemente los electores no tienen una opción diferente y otros porque se dejan persuadir por su propaganda; entonces, surgen otras preguntas ¿tienen los colombianos el poder de votar? ¿Tienen la capacidad de elegir sus candidatos? ¿Son críticos de sus gobernantes y lo tienen en cuenta a la hora de votar?

Entonces, las respuestas son otras, y el panorama cambia, Colombia es un país que no tiene una educación electoral, la tradición del colombiano ejemplo es siempre la de que quien vota es el adulto mayor, y las mentes frescas, los académicos, los estudiantes y los más ilustrados tienden a mostrarse renuentes en la asistencia a las urnas; unos se abstienen para no hacer parte de lo que llaman “el jueguito” electoral, otros porque los asuntos de la política les son indiferentes, otros porque esa es su manera de protestar, pero no faltan los que tienen pereza de levantarse ese día para asistir al acto electoral.

En resumidas cuentas, los pocos que se movilizan lo hacen de una manera inconsciente, hablando de una gran mayoría y los que pudieran tener algo de conciencia, buscan sus propios argumentos para no asistir, de ese modo, quienes están en el poder le mantienen los oídos calientes a su clientela y se lanzan y se lanzan y se lanzan; los críticos, critican, critican y critican, pero no hacen nada; y ¿Colombia? Colombia sigue por las mismas, años gobernados por las roscas y las malas elecciones, se deja la sensación de la mala memoria, se deja la sensación de que los pobres no saben votar, se deja la sensación de que esto es un “cagadero” y no es para más, se critica, pero no se moviliza, pero no se aporta.


La invitación es a que usted mismo, si vota, reflexione y cada vez que vaya a pensar en el gobernante de su elección, se tome 10 minutos, nada más, lea el programa de los candidatos, estudie sus perfiles, su partido y de manera concienzuda haga la mejor elección; si no vota, vaya inscriba la cédula, vote, no sea bobo, no se deje meter los dedos a la boca, no deje que le impongan a su gobernante, ejerza la democracia y no haga parte de esta farsa teatral que mueve el rumbo de este país.